Acerca de la autora

31 dic 2015

Los hombres que no amaban a las mujeres- Stieg Larsson

Como última entrada del año, quisiera hacer unos comentarios breves a un best seller terminado hace unas horas. Particularmente no soy muy dada a leer lo que todo el mundo lee, por la misma razón de la industria musical: no necesariamente son los mejores, los que más suenan. 

Existe un problema de sinceridad cuando alguien te regala un libro, con el deseo de que te guste la lectura. Se espera un comentario que le agrade; sobre todo cuanto ese alguien sea lector de este blog.

Así que me iré por la verdad: el camino menos complicado a largo plazo. Investigaciones, personas con doble vida, mucho sexo, algo de sadismo, tortura animal, crackeo, y una lista que continúa. A ello se le suma un horario de lectura nocturno, y deja como resultado despertar con el corazón acribillado en plena madrugada, por las pesadillas. De esas pesadillas, que te obligan a salir de la cama a las cuatro de la mañana, para que la brisa en el balcón te convenza de que nadie en tu familia está secuestrado y que no torturarán a tu perro.

Supongo que esta es una señal de un libro... uf! fabuloso. Súper realista. ¿No era Marx quien dijo que los libros que merecen la pena leer, son aquellos que dejan marca? 

Tal vez sea cierto, y no le quito su mérito. No obstante, el éxito en ventas se lo atribuyo más bien a los elementos de novela negra- hard boiled. El morbo vende. Creo que la novela hubiera sido igual de buena, sin necesidad de dar detalles como que Mikael se acostaba con todas las mujeres con las cuales trabajaba. O que el tutor de Lisbeth la sometió a sadismo sexual.

El último detalle -el cual creó haberlo criticado en "El Candidato", de Jorge Bucay-, es agregar una ayuda o un evento extraordinario, que contribuye al desarrollo de los acontecimientos. En el caso de Bucay, fue un narco jefe bondadoso que rescató a la novia secuestrada (oh, qué coincidencia). En éste, unas habilidades especiales en informática; que solo hacía falta una capa para considerarse de superhéroe. En el mundo real, no existen tantos milagros, y agregar de súbito algo así, raya la ficción. Sigue siendo un buen libro, no lo niego; pero no puedo decir que sea mi estilo predilecto.

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