Acerca de la autora

2 sept 2015

Confieso que he vivido- Pablo Neruda

Desde 20 poemas de amor y una canción desesperada, Neruda ha quedado en mi mente como uno de los más grandes escritores latinoamericanos. Porque no es solo la calidad de la prosa (que no tiene nada desdeñable por cierto), sino además su alcance. Ya que Neftalí Reyes (nombre real), representó a los pobres olvidados en un extremo del continente.

Pero esta obra no son sus poemas, sino sus memorias. Es increíble cuánto podemos saber de una persona, por lo que escribe. No solo su vida, a quienes conoció; además su carácter y su personalidad. Al final del libro, percibí a un hombre orgulloso, una pareja no siempre perfecta; pero sobre todo, tuvo sentido la caracola en la portada del libro.

La mayor enseñanza que me puede dejar una vida maravillosa que implicó grandes eventos en China, Rusia y España; guerras, política, una vida diplomática y el Nobel de Literatura, es que, a veces, los grandes momentos de nuestras vidas, son producto de estar en el lugar y momento indicados. Que no existen fórmulas mágicas, y que la casualidad tiene un maravilloso poder de movilidad. 

Entonces me pregunto, si hace falta crear ambiciosos planes de vida, y enfrentar la decepción de nunca verlos cumplir. O es alguna falta ante la conciencia personal, enfrentarse a la vida con lo que venga. La única respuesta que importa, es nunca perderse a uno mismo en el proceso. 

PD.- Mi memoria favorita se resume de la manera siguiente:
En una reunión en Chile, se le acerca a Neruda un señor de mediana edad para decirle que le debía la vida; por haberlo salvado de los campos de concentración al embarcarlo hacia Chile. Le contó que tenían en común a un vecino suyo -campeón de tenis-, quien fuera compañero de estudios de Neruda. Un día cualquier el caballero agradecido muere y el vecino tenista recibe una llamada misteriosa, que le pedía abrir la caja fuerte del difunto. Su viuda no quiso saber del asunto, y al final fue el dueño de la pensión en donde vivía, quien abrió la caja. 

Los documentos que allí habían, demostraban que el caballero había sido un agente fascista. Llevaba nombres de españoles que fueron encarcelados o ejecutados, espionaje para la marina nazi, y otras cartas agradeciendo sus servicios. Neruda escribió sobre esto que, saltó la más inesperada de la liebres.