Isabel Allende, si alguna vez lo dudé, ahora me rectifico; soy tu fan confesa. Es mejor leer un libro tarde que nunca; porque de acelerar las cosas, hay veces que un libro no tiene el mismo impacto que en otras épocas de la vida. Es algo que ya he expresado. Pero la casa de los espíritus, fue hecha para mí. No es una novela, es la historia de una vida contada en capítulos. Y aunque no quiera entrar en detalles de qué le sucede a la familia Trueba para no aguarles el final...por lo menos a mí, me encantó. Lo devoré con ansias pero sin prisa. Como una buena comida.
Y al tratar de recapitular en mi mente y razonar como sucedió todo, tal vez fue culpa de Esteban Trueba. Hombre de sangre demasiado caliente, arrogante, orgulloso, poderoso. Que sacó una empresa de la nada, y luchó para ser alguien. Y llegó a demasiado. Pero luego del peso de los años, la familia perdida, una metida de pata gubernamental y el rescate de su nieta; lo conservo como mi personaje favorito de esta lectura. Un nuevo libro favorito supongo.
Y al final, para los que entiendan, no solo quedó la tierra; sino una vida increíble para Alba contarle a su hijo.
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