Los sueños de mi padre
Muy a pesar de la preferencia por el realismo mágico, en los últimos años he decantado por el género del ensayo. Mi razón es simple: la fascinación por cómo las historias reales pueden ser incluso más increíbles que la fantasía. Por el mismo motivo, las películas basadas en biografías ganan el Oscar y la coletilla "basada en hechos reales" en el cine de terror, genera más miedo.
Pero me fascina también cómo te enteras de tantas cosas de personas que admiras. Y cuánto hay detrás del éxito.
Acerca de las vidas de las personas, la línea que cruza al chisme, lo determina quien narra. En mi opinión, las autobiografías son menos exageradas y más sinceras. Al menos cuando se escriben en tono de desahogo y no de bestseller.
Y esto es lo que pensé de Barack Obama, el comunitario de los barrios de Nueva York quien llegó a Presidente. Me encantaría leer una continuación y aprender más de sus años subsiguientes. Hurgar un poco en su memoria, a ver si logro apreciar un poco más las cosas. Creo que, aunque nuestra identidad se encuentre perdida entre dos continentes, todos tenemos un capitalio al cual no sabemos, podemos llegar.
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Sarah Suzaña
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