Perdí muchos días sin contarles de un libro que me llegó al alma. Frank McCourt, fue un profesor americoirlandés de origen humilde y discriminado. En 30 años no hizo nada más que cruzar el Atlántico un par de veces, la guerra de Corea, y enseñar inglés. Y escribió sobre todo eso, su vida, sus recuerdos. Y esas crónicas fueron las que le valieron el Pulitzer y la serie de eventos afortunados que vinieron después. Muchas veces tardo en escribir porque al relacionar lo que leo con lo que vivo, pienso que debo relatar alguna anécdota que si no increíble al menos sea interesante. Pero no hay nada más increíble que la vida misma. Mi vida se resume en una serie de viajes cortos, hacer un poco más feliz a las personas que me conocen, escribir nimiedades, estudiar tantas cosas y claro, leer decenas de libros. Mi vida no es perfecta, pero es la única que tengo.
Escuché una vez que para escribir un buen libro debes escribir sobre algo que conoces más allá de la imaginación. Y sobre mi vida, soy toda una especialista.
Una vida que inspira a los demás no es vivir en vano. Gracias Sr. McCourt.
PD. Hay una foto de él cuando fue nombrado profesor del año, en 1976. Se retrató con una bolsa plástica como sombrero. Intenté hallarla digital, pero pueden imaginarlo. :)
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