Mucha gente dijo "era justo!" cuando Vargas Llosa recibió el nobel de literatura. Cuando leemos la fiesta del chivo , tenemos tres historias, los recuerdos rencorosos de Urania, la espera de los complotados, y las últimas 2 semanas de Trujillo. Yo leí una cuarta que aguzó mis sentidos. No se si habrán notado pero soy dominicana; no de esos dominicanos que solo piensan en merengue y en presidente, sino de aquellas que piensan como Konrad Adenauer "La historia es la suma total de todas aquellas cosas que hubieran podido evitarse". Me adentré tanto en esta historia que por momentos me olvidé de que era un obra ficticia en parte.
Y no fue como esos libros del Gabito que devoro con ferocidad para ver en que termina, esta vez digerí hoja por hoja tardándome casi el triple del tiempo que le dedico a un libro de este tamaño.
Las calles de mi ciudad ya no serán las mismas, seran revividas por el recuerdo. Veré en la avenida cerca de casa, la ruta por donde el tirano hacía sus paseos al atardecer. Veré las casas de época pensando si sus habitantes fueron arrastrados por los caliés, y pensaré al aprenderme los nombres de las calles, ¿qué tanto perdió aquel desdichado personaje?, que la historia solo pudo compesarlo con un título en obras públicas.
Me pregunto cuando murió el amor por la patria de estos ciudadanos del mundo. No quiera Dios que haga falta otro Somoza, un nuevo Bautista, un Franco, Stalin, Hitler o Trujillo para sentir en carne viva "hay un país en el mundo" y oler la sangre derramada en la tierra del Caribe. Porque ahora, al pasar por el malecón de mi ciudad, se identifican como si fueran mis propios recuerdos, donde el cuerpo del dictador cayó al suelo.
Posdatas!!
Trailer de la película homónima con mi querida Isabella Rosellini como Urania.
No hay comentarios:
Publicar un comentario